EL OLOR DE LA GEOGRAFIA

"EL OLOR DE LA GEOGRAFIA" (foto superior): así tituló Inés Malinov su bellísima nota sobre mi puesta en escena de “El viaje”, de Georges Schehadé en el rotrograbado de La Nación, un domingo de abril de 1967. Se respiraría de veras en esa triste parábola del muchachito que vendía botones de nácar “para monjas emancipadas” en una botonería de Bristol, mientras veía partir los veleros y soñaba con ese viaje por mares lejanos...que nunca realizaría...el “olor de la geografía”, que Malinov había percibido en aquel espectáculo con tanta irrealidad como sentido crítico hacia el colonialismo...?.
Me eximo de hablar de lo que fue “El viaje” en mi carrera teatral y el sorpresivo suceso que significó para la escena de Buenos Aires. Me limitaré a transcribir aquí, fidedignamente, algunos fragmentos de las críticas que recibió y dejo a la imaginación de cada uno que acceda a este Blog intentar recrearlo en sus esfumaturas y colores, en sus sonidos y silencios. Las fotografías que seguirán a los comentarios, lamentablemente, son apenas un burdo reflejo a la distancia de lo que aquel “viaje” de ensueño trasuntaba:
“...es un mundo de bellas imágenes y de bellas palabras, musicales y evocativas, de esas que nacen como flores extrañas en la dulce tierra de los sueños. Puesta en escena e interpretada con apasionado entusiasmo”. (La Prensa)
“...Schehadé ha logrado una pieza plena de encanto poético, de melancólica sugestión, con personajes extraños y otros reales, todo en un plano de singular belleza, en una versión dignísima de Ariel Quiroga que acredita cuidado y justeza...” (La Razón)
“...la región poética en la cual se mueve Schehadé ha permanecido milagrosamente al abrigo de las catástrofes mundiales...con candor a la vez trágico y ligero como la infancia, nos convence de que aún la primavera existe... Los intérpretes se amalgaman homogéneamente en una versión dirigida con pasmoso acierto por Ariel Quiroga...” (La Nación)
“...plasmada con cabal comprensión y asimilación de su contenido por la casi mágica puesta en escena de Ariel Quiroga, “El viaje” constituye, por su profundo lirismo, un soplo de aire puro, una puerta abierta a la esperanza, recuperando para el hombre el sentido mágico de la vida...” (Clarín)